Cuantas veces ustedes han visto hacer una gracia a su mascota y han dicho: ¿Solo le falta hablar?, creo que todos.
La primera vez de mi vida adulta en que me interese en el lenguaje (o la comunicación ) animal fue como a los 18 años, acababa de sacar al patio a mi gato en el aquel entonces “Monita_o”.
Monita_o: Al principio lo recibimos porque era gatita y resulto ser gato, para no crearle conflictos de personalidad agregamos la “o”
Observándolo por la ventana, se encontró con otro gato juntos se sentaron en la vereda uno al lado del otro, de pronto llega otro gato como que se olfatean la nariz y se sienta junto a ellos, casi sin darme cuenta eran cuatro gatos sentados en la vereda “¿Conversando?”, es extraño pero no poco común, es evidente que todo animal, que no vive absolutamente solitario, debe tener su lenguaje.
Es claro que existe entre los animales un cierto tipo de comunicación puesto que hay entre ellos una interacción social, ahora bien sin querer ser aburrida, debemos generar debate y para ello basta con decir: hay personas que creen al lenguaje como una característica exclusivamente humana, la capacidad lingüística fue la prueba por siglos de que un ser poseía inteligencia.
El impedimento para comunicarse y los fracasos por años en tratar de enseñar a hablar a los animales se basaron en expectativas poco realistas de que pudieran expresarse como nosotros, obviamente restricciones para controlar lengua, labios, paladar y cuerdas vocales lo hacen imposible. Hasta que en la década del ’70 se les ocurrió a un par psicólogos enseñar a chimpancés el lenguaje de los signos, pero porque los animales deben hablar el lenguaje que nosotros queremos, que nosotros entendemos, es tan difícil de entender o de creer y pensar que ellos poseen su propio lenguaje más o menos desarrollado que nosotros, ¿Seremos quienes lo decidan?
Volvamos a ejemplos más cotidianos y a la pregunta ¿Quién ha tenido una mascota?, pensemos, recordemos o comencemos a observar a un perro, saber identificar cuando tiene hambre, frió, sueño, cuando un ladrido es de enojo o saludo, ¿quién no ha conversado con un perro?, si ellos nos entienden reconocen nuestro lenguaje, ¿Por qué nosotros no podemos?, no se supone que somos más avanzados, Guau, de seguro haz utilizado esta expresión como asombro!
Bueno si somos muy inteligentes, leí por ahí que ya existe un “traductor de ladridos canino”, gracias a él podemos entender el complejo modo de lenguaje, compuesto básicamente de gestos, posturas corporales, vocalizaciones y señas, es tan efectivo y preciso que permite a sus familiares salvajes, desde llevar adelante las complejas relaciones sociales existentes en las jaurías hasta coordinar perfectamente la caza en grupo de presas que los superan ampliamente en fuerza y tamaño.
Nuevamente, Guau, impresionante lo que ¿somos? Capaces de hacer.
Las vocalizaciones de los perros, varían en tono y frecuencia, mientras los tonos bajos expresan amenaza o enojo, los tonos altos, se agudizan para manifestar miedo o dolor (al igual que en el hombre, “se afina la voz” ), a su vez una intensidad menor indica placer o ganas de jugar. La frecuencia con que se emiten los sonidos es importante para descifrar el mensaje, los sonidos que se repiten con rapidez, indican excitación o urgencia; así los sonidos agudos de corta duración revelan dolor o miedo. Los repetidos en forma más lenta, se muestran en situaciones placenteras o cuando tienen ganas de jugar.
Que un sonido se mantenga en forma sostenida, significa la intención de realizar alguna acción en forma inminente, así podemos observar que el gruñido bajo y sostenido es el que precede a un ataque. Gemidos, para hacer pedidos, para salir, por comida, antes de hacer sus necesidades o cuando algo que les gusta mucho esta por suceder (salir con el dueño a pasear ? ) Lloriqueos frente a situaciones que le inspiran miedo o por dolor. Suspiros por placer o frustración. Aullidos para comunicar su posición o territorio (coordinan la cacería en los canes salvajes ) o jadeos al excitarse.Este repertorio de sonidos es reconocido por muchos dueños atentos y les permite establecer, en muchos casos, una efectiva comunicación con sus perros, yo por mi parte tengo una perrita Murci
La primera vez de mi vida adulta en que me interese en el lenguaje (o la comunicación ) animal fue como a los 18 años, acababa de sacar al patio a mi gato en el aquel entonces “Monita_o”.
Monita_o: Al principio lo recibimos porque era gatita y resulto ser gato, para no crearle conflictos de personalidad agregamos la “o”
Observándolo por la ventana, se encontró con otro gato juntos se sentaron en la vereda uno al lado del otro, de pronto llega otro gato como que se olfatean la nariz y se sienta junto a ellos, casi sin darme cuenta eran cuatro gatos sentados en la vereda “¿Conversando?”, es extraño pero no poco común, es evidente que todo animal, que no vive absolutamente solitario, debe tener su lenguaje.
Es claro que existe entre los animales un cierto tipo de comunicación puesto que hay entre ellos una interacción social, ahora bien sin querer ser aburrida, debemos generar debate y para ello basta con decir: hay personas que creen al lenguaje como una característica exclusivamente humana, la capacidad lingüística fue la prueba por siglos de que un ser poseía inteligencia.
El impedimento para comunicarse y los fracasos por años en tratar de enseñar a hablar a los animales se basaron en expectativas poco realistas de que pudieran expresarse como nosotros, obviamente restricciones para controlar lengua, labios, paladar y cuerdas vocales lo hacen imposible. Hasta que en la década del ’70 se les ocurrió a un par psicólogos enseñar a chimpancés el lenguaje de los signos, pero porque los animales deben hablar el lenguaje que nosotros queremos, que nosotros entendemos, es tan difícil de entender o de creer y pensar que ellos poseen su propio lenguaje más o menos desarrollado que nosotros, ¿Seremos quienes lo decidan?
Volvamos a ejemplos más cotidianos y a la pregunta ¿Quién ha tenido una mascota?, pensemos, recordemos o comencemos a observar a un perro, saber identificar cuando tiene hambre, frió, sueño, cuando un ladrido es de enojo o saludo, ¿quién no ha conversado con un perro?, si ellos nos entienden reconocen nuestro lenguaje, ¿Por qué nosotros no podemos?, no se supone que somos más avanzados, Guau, de seguro haz utilizado esta expresión como asombro!
Bueno si somos muy inteligentes, leí por ahí que ya existe un “traductor de ladridos canino”, gracias a él podemos entender el complejo modo de lenguaje, compuesto básicamente de gestos, posturas corporales, vocalizaciones y señas, es tan efectivo y preciso que permite a sus familiares salvajes, desde llevar adelante las complejas relaciones sociales existentes en las jaurías hasta coordinar perfectamente la caza en grupo de presas que los superan ampliamente en fuerza y tamaño.
Nuevamente, Guau, impresionante lo que ¿somos? Capaces de hacer.
Las vocalizaciones de los perros, varían en tono y frecuencia, mientras los tonos bajos expresan amenaza o enojo, los tonos altos, se agudizan para manifestar miedo o dolor (al igual que en el hombre, “se afina la voz” ), a su vez una intensidad menor indica placer o ganas de jugar. La frecuencia con que se emiten los sonidos es importante para descifrar el mensaje, los sonidos que se repiten con rapidez, indican excitación o urgencia; así los sonidos agudos de corta duración revelan dolor o miedo. Los repetidos en forma más lenta, se muestran en situaciones placenteras o cuando tienen ganas de jugar.
Que un sonido se mantenga en forma sostenida, significa la intención de realizar alguna acción en forma inminente, así podemos observar que el gruñido bajo y sostenido es el que precede a un ataque. Gemidos, para hacer pedidos, para salir, por comida, antes de hacer sus necesidades o cuando algo que les gusta mucho esta por suceder (salir con el dueño a pasear ? ) Lloriqueos frente a situaciones que le inspiran miedo o por dolor. Suspiros por placer o frustración. Aullidos para comunicar su posición o territorio (coordinan la cacería en los canes salvajes ) o jadeos al excitarse.Este repertorio de sonidos es reconocido por muchos dueños atentos y les permite establecer, en muchos casos, una efectiva comunicación con sus perros, yo por mi parte tengo una perrita Murci
Murci: Por su parecido con un murciélago, solo que es blanca.
ocura, tuve un gato Regalo
Regalo: No hay mucho que decir, fue un regalo y yo tenia como cuatro años cuando le di el nombre.
Que aprendió a decir “mamá”, cuando pedía entrar a la casa, pero volvamos a centrarnos en el fin de todo este bla... bla... recuerden no es que los animales no humanos aprendan a hablar como nosotros sino determinar o finalmente reconocer que ellos poseen un lenguaje diferente al nuestro, y aunque nos cueste creer no lo entendemos tan bien como ellos nos entienden a nosotros, que evolucionados que somos, ¿o no?.
Espero que pronto, en un futuro cercano podamos compartir nuestras letras...
Alba Luz Aravena Álvarez
P.S.: Las fotos incluidas no son mis mascotas son solo unas que encontré en Internet y se parecen, excepto la Murci, creo que no hay nada que se le parezca...
