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jueves, 2 de enero de 2014

Cuando te Adopta un Animal...




Cuando te adopta un Animal, permites que tu vida sea invadida por un raudal de amor proveniente de ese ser con forma aparentemente extraña, peludo, cubierto de plumas o con escamas, que no usa tus palabras ni lo necesita, pero que ansía comunicarse contigo cuando estés dispuesto a escucharle con atención, en cuanto comprendas qué es la humildad.

Cuando te adopta un Animal, descubres lo limpia que puede ser una mirada, te recuerda la inocencia que tenías en tu infancia.

Cuando te adopta un Animal, te ayuda a conocerte, por peligroso que te parezca, porque emprendes la mayor y más relevante de las aventuras.

Cuando te adopta un Animal, las posesiones materiales, que a él no le interesan en absoluto, a ti te parecerán cada vez más superficiales, porque su compañía y su amistad se convierten en el mayor tesoro y eso lo sabes por las moralejas de los cuentos, pero no te lo crees hasta que te pasa.

Cuando te adopta un Animal, te sientes empujado a disfrutar de las cosas sencillas, lejos de las drogas alienantes sociales, porque el contacto contigo mismo tiene más sentido que el ruido que te rodea y le haces frente al miedo.

Cuando te adopta un Animal, las caricias toman una nueva dimensión, su pureza y ganas de jugar se contagian, recuperas sensaciones que tu ego y tu rol social te hacían olvidar.

Cuando te adopta un Animal, te cuestionas si comer Animales es tan necesario en tu dieta como te habían hecho creer.

Cuando te adopta un Animal, tu alma deja de sentirse aislada de la Madre Naturaleza y del Cosmos, te reconectas: tu respiración cambia, tu corazón se serena, tu salud mejora, porque los Hermanos Animales (y Vegetales) son Sanadores y su energía es bálsamo para las heridas más profundas.

Cuando te adopta un Animal, lo hace hasta el final de sus días aquí y por lo general su regreso al espacio donde anidan las almas se produce antes de nuestra partida. Pero la separación es una ilusión, no existe, siempre estaréis unidos desde el centro de vuestros corazones, porque ese es su lugar de entrada en tu vida.

Cuando te adopta un Animal, te enseña a no juzgar incluso a quienes le maltrataron en el pasado, porque ahora está compartiendo contigo la experiencia más maravillosa, la única que importa: Amar.

Cuando te adopta un Animal, te ofrece una ventana única para asomarte al mundo y de manera casi inconsciente sabes que son grandes Maestros a pesar del tamaño que ves a simple vista, comienza así una oportunidad extraordinaria para que tu evolución personal sea un hecho y perseveres guiado por su amor en tu viaje al Centro.

Cuando te adopta un Animal, te conviertes en reincidente y adoptas más, o les permites entrar en tu casa y acompañarte en tu Camino, porque el amor que brota en ti hacia ese Animal es tan contagioso que se expande a las demás formas de vida, capaz con su Poder de transformarte como miembro de una humanidad consciente.

Cuando te adopta un Animal, en el Ojo de tu corazón surge con fuerza la esperanza de que despiertes y mires a través de él para comprender la Verdad y trascender así la mente que gobierna a la mayoría.

Cuando te adopta un Animal, recuerdas que el paso por esta vida contiene todo un Sentido Sagrado, que es el aprendizaje gracias a la experiencia de Vida.

Cuando te adopta un Animal, enhorabuena, eres honrado con un regalo del Cielo en la Tierra digno de la gratitud más sincera.

Por eso, si te dejas adoptar por un Animal, ten todo esto presente y cuídale como una parte más de ti, escúchale y habla con él, elige ser guardián de las formas de vida expuestas a la necesidad humana, y aboga por un mundo donde el amor que ellos nos transmiten sea lo que prevalezca.